lunes, 17 de mayo de 2010

2. EVITAR ESTAR PENDIENTES DE LOS RUIDOS DEL MOTOR

Cualquiera que haya comprado un automóvil sabe todos los ruidos que oye cuando, éste es nuevo. ¿Por qué? Porque los está buscando. Como resultado, los defectos del automóvil que un año después no habrían merecido atención alguna, desde un principio son causa de fuertes protestas contra el vendedor todo porque somos excesivamente precavidos, y estamos demasiado atentos en lo que respecta al trabajado del motor. Hasta la vibración normal en todos los motores, asusta al comprador del automóvil nuevo, quien escucha y está pendiente de cada pequeño defecto.


Lo mismo sucede con la naturaleza humana, que tiene más defectos, aunque de pequeña importancia, que el motor común. Y si estamos pendientes de ellos, no sólo los encontraremos sino que nos imaginaremos que existen aun cuando no sea cierto.

Físicamente estaremos a merced de cada pequeño dolor o molestia, y aumentaremos nuestra aflicción al encontrar dolores y molestias inexistentes. ¡Observemos al hipocondríaco! Físicamente es víctima del proverbio: “El que busca dificultades, las encuentra”.

Emocionalmente, la persona que se concentra en si misma está a merced de interminables sensaciones, temores, fobias, desasosiegos, insomnios y muchas cosas más. Una personal tal, debe darse cuenta de una vez por todas de que todos los mortales tenemos innumerables imperfecciones, especialmente ahora, en este mundo frenético y tenso en el que tenemos que vivir, nos guste o no nos guste. Y aunque las manifestaciones de estas imperfecciones en la multitud de formas que toman (esos temores y sentimientos indefinidos que a muchos llegan con tanta frecuencia) son muy penosas, no son peligrosas, y la mayoría de ellas desaparecerán si las ignoramos, pero crecerán si estamos pendientes de ellas, si las buscamos o nos preocupamos demasiado por ellas. Una cosa es segura: Mientras menos busquemos, menos encontraremos.

Nuestra misma vida espiritual se convertirá en una plaga si buscamos en demasía los pecados, el progreso o la santidad. La vasta mayoría de la raza humana está compuesta de pecadores. Nadie es perfecto. Dios no exige la perfección objetiva - sólo la buena voluntad,”paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”. La naturaleza humana es muy débil, y Dios muchas veces permite las caídas, si, las repetidas caídas en el pecado, a fin de enseñamos la humildad. Pero si nos concentramos en nuestras faltas y pecados, en primer lugar encontraremos muchos pecados, y luego empezaremos a encontrarlos donde no existen. Cargaremos con el pesado yugo de la escrupulosidad.

La palabra escrupulosidad también viene del latín”scrupula” significa”piedrecillas”, De modo que, cuando los antiguos romanos llevaban piedrecillas en las sandalias eran llamadas”escrúpulos”. La persona escrupulosa tiene”pecados en su santidad” es”escrupulosa”.

Hay que evitar estar pendientes del ruido del motor. No hay que estar siempre buscando aberraciones mentales, emocionales, espirituales o físicas. Todo el mundo tiene muchas, pero no habrán de molestamos o destruimos ni tampoco a nuestra paz interior, a menos que nos dediquemos a buscarlas. La serenidad no es estar libre de defectos y problemas; la serenidad en la vida y la adaptación a la vida se logran aceptando e ignorando todos los pequeños problemas y cambiando o aceptando todos los grandes problemas de la vida.

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