lunes, 17 de mayo de 2010

11. PRACTICAR LA OBJETIVIDAD.

Creemos que éste es el ingrediente más importante de la higiene mental y emocional, y es una práctica que nos permitirá, más que ninguna otra, mantener o recobrar nuestro sano juicio. Es una práctica fundamental de Recovery Inc. (Recuperación, S.A.) -un grupo de personas que se ayudan entre si para recuperar y conservar el sano juicio o Dedicaremos mucho tiempo a su discusión. Creemos que es así de importante.


Básicamente, el practicar la objetividad significa salirse del “yo., .nosotros” y”nuestro., y pensar en términos de .tú”,”ellos” y .de ellos. Es una práctica de concentración de atención en otros, en cosas fuera de nosotros mismos.

Espiritualmente, es el ingrediente más importante de la humildad; ¡físicamente, es la mejor protección para el sistema nervioso. Toda persona grande en la vida lo posee; toda persona de, éxito lo practica.

Hace muchos años el que escribe tuvo la oportunidad de pasar algún tiempo con el Dr. Silkworth, el médico que atendió a Hill W., fundador de A.A. Nunca olvidaremos esta experiencia. Pues lo cierto es que, éste era un hombre grande, un hombre humilde, un hombre sereno. Era imposible no notar su absoluta concentración en nosotros, su total olvido de si mismo, su completa objetividad.

Pero seamos más específicos ¿qué hay que hacer para practicar la objetividad? Específicamente ¿qué es lo que significa?

Aquí debemos recurrir a Recovery Inc. que ha hecho tan efectiva la objetividad y nos ha dado la pauta a seguir para el logro de la práctica de ella. Y para transmitir esto a ustedes, trataremos a nuestro modo de enumerar los diversos axiomas que identifican ésta práctica con precisión:


11.1 La objetividad nos indica que las sensaciones no son hechos. Este no es sólo el primer axioma, sino que el fundamental. Casi todos los neuróticos o las personas emocionalmente turbadas confunden las sensaciones con los hechos. Por esta razón, rara vez pueden identificar sus dificultades. Las”sienten”; y muchas veces ni siquiera existen en realidad, como es el caso de las angustias y de los temores indefinidos.

Las sensaciones no son hechos. Por lo tanto, es mucho mejor juzgar actuando que sintiendo. La única guía por seguir es lógica, la inteligencia, la verdad objetiva- objetividad –

Hace algunos años, cuando el suscrito fue paciente en una clínica, cada mañana el médico solía preguntar: “¿cómo lo va haciendo?” Bajo la influencia de una honda depresión, siempre contestamos: “Nos sentimos terriblemente mal”. Y entonces, con una amplia sonrisa, el replicaba:”No le preguntamos cómo se sentía, le preguntamos como la iba haciendo”. Las sensaciones no son hechos.

En ocasión, un muchacho estaba en su primer empleo. Alrededor de las 2 de la tarde entro a la oficina de su jefe y pregunto si podía irse a su casa porque no se sentía bien. El jefe contesto esto:

Joven, hay una verdad que nunca será demasiado temprano en la vida para que se aprenda, ni demasiado tarde para que lo olvide, y esa verdades: casi todo el trabajo hecho en este viejo mundo en el que labora a diario es desempeñado por gente que no se siente bien.

¡Nos tememos que no habremos de tener muchos años más para decir esta historia, porque pronto las 2 de la tarde será el tiempo para partir¡

Todos los temores y angutias anormales están fundados en sensaciones y no en hechos, y las personas que los tienen deben llegar al punto en que puedan contestar cuales son exactamente los hechos. Decidimos por lógica, no por sensaciones. Las sensaciones no son hechos.

la hipocondría es una enfermedad causada por motivo de basar los propios juicios y conclusiones sobre las sensaciones y no sobre los hechos. Ese es también el caso de la escrupulosidad, de ciertos tipos de depresión del desaliento, de la angustia y de muchos otros tipos de aflicciones emocionales y nerviosas, demasiado numerosas para poder mencionarse. Pero, podemos, si lo deseamos paulatinamente adquirir el hábito de practicar la objetividad, convenciéndonos a nosotros mismos, a través del hábito, de que las sensaciones no son hechos,



11.2 Las sensaciones que no están basadas en hechos, desaparecerán bajo la objetividad. Este axioma de la objetividad es más fácilmente explicable por medio de algunos ejemplos que por medio de la discusión.

Tomemos el ejemplo de la persona neurótica que está sujeta a diversas ”sensaciones” que, o la atemorizan, o erróneamente apuntan a una seria condición física que a su vez la asusta. Digamos que esta sujeta a dolores agudos en el esternón, y está convencida de que es angina de pecho. Sin embargo, el médico le dice que su corazón está bien, que el dolor es imaginario. ¿Qué podemos hacer para desaparecer el dolor y demostrar que es imaginario? Esto puede hacerse simplemente con la práctica de la objetividad, y sin necesidad de absolutamente ninguna pildorita. Todo lo que tenemos que hacer es identificar el dolor; luego, literalmente ponerle encima nuestro dedo, y mirarlo por largo tiempo objetivamente. Aunque parezca increíble, si el dolor es imaginario, desaparecerá, y hay miles de miembros de Recovery Inc. que han usado y usan esta práctica con mucha efectividad para vencer toda clase, de malestares imaginarios. Lo mismo sucede con todo tipo de sensaciones, las cuales son sensaciones y no hechos.

Otra manera simple y similar de practicar la objetividad para eliminar las sensaciones que no están fundadas en hechos, es la siguiente: Tomar un reloj con minutero. Poner la mano o dedo, y apuntar en la dirección en que se sienta el dolor. Después contar los segundos hasta que la sensación desaparezca. Sorprendentemente, desaparecerá en Breve tiempo.

Ciertamente no hay nada de misterioso en esto. Todo nos lleva a comprobar que el dolor o la sensación existían sólo en nuestras mentes, no de hecho. y tan pronto como la mente se concentra objetivamente, ya no hay lugar para la sensación.

Las sensaciones no fundadas en hechos desaparecerán ante la objetividad. Este es un hecho. Hemos practicado muchas veces este experimento.


11.3 La práctica de la objetividad nos indica que, no importa que tan asustados estemos, o que tan deprimidos o qué tan mal nos sintamos, i siempre podemos mover los músculos! Hasta los escritores en materia espiritual utilizan esta práctica de la objetividad cuando aconsejan la huida en los casos de ciertas tentaciones: i Mover los músculos!

Todo aquel que sufre de problemas emocionales, especialmente si se hallan presentes la angustia o la depresión, puede hacer uso de esta práctica en forma muy efectiva. Indirectamente, el buen doctor que nos atendía en la clínica estaba tratando de inculcamos este hábito cuando enfatizaba el hacer por encima del sentir.

Además, esto romperá con el pretexto usual del neurótico que constantemente dice: .No puedo.. No me puedo levantar; me siento demasiado mal.. .No puedo trabajar; me siento terriblemente mal. No puedo hacer nada sobre el particular”. .No me puedo relacionar con la gente. Y así hasta el infinito.

Hace algunos años una persona me llamó por larga distancia. Este era su problema: Era una AA que había conocido a un individuo. Emocionalmente sentía que se había enamorado de él. Llegó el día en que se percató de que en realidad no lo amaba: Le entró el pánico. Entonces nos llamó. y, dijo ella, no puedo hacer nada sobre el particular”.

-¿Qué significa eso de que no puedes? -le preguntamos.

- Simplemente no puedo -replicó.

- ¿Cómo nos llamaste? -inquirimos.

- Por teléfono -contestó.

- En otras palabras -le dijimos- tomaste el teléfono, llamaste a la operadora y le dijiste con qUién querías hablar. ¿Es así como nos llamaste?

- Pués, sí -murmuró.

- Bueno -le explicamos - tienes dos manos, dos pies, dos labios, una

lengua y la capacidad de usar todo esto. De modo que, cuando cuelgues, haz simplemente eso: mueve los músculos, toma el teléfono, llama a la operadora, habla con el individuo y dile: A Adiós, hemos terminado.
¿Y saben lo que pasó? i Lo hizo!


¡Mover los músculos!

Esto es aplicable a todas las fases de la vida: mentales, espirituales, morales, físicas, emocionales, sociales. Omitimos muchas cosas de la vida, porque estamos bloqueados por una sensación de temor o de desaliento. Toda nuestra personalidad y nuestra vida se beneficiarían muchísimo si tan sólo aprendiéramos de una vez por todas que podemos mover los músculos. Hay que hacerlo. Ahora.


11.4 El autodiagnóstico no es nunca objetivo. El doctor que se prescribe a si mismo tiene a un paciente necio. Cada abogado que se defiende a si mismo tiene a un cliente necio. Y cada sacerdote que se absuelve a si mismo tiene a un necio por penitente. Esto se encontraba perfectamente comprendido en un antiguo axioma romano: .Nemo est judez in sua causa. Nadie es juez de su propia causa. El autodiagnóstico no es nunca objetivo.

Esta es la razón por la cual AA nos indica en el 5o. Paso que A Admitimos ante otro ser humano. El auto diagnóstico no es nunca objetivo.

Es la razón por la cual las personas emocionalmente confundidas, los neuróticos, los hipocondríacos, etc., terminan por tener tantos malestares., cuando en realidad no hay un padecimiento fundamentalmente físico. No es objetivo, y por tanto, no es real. Para usar términos más agradables, el doctor dice: .No es físico, solamente es funcional.

¿Qué puede hacerse sobre el particular? La persona sensata, la persona que desea vencer o evitar los conflictos emocionales, nos diagnostica su propia condición. Busca a un doctor o psiquiatra competente, y sigue después su diagnóstico. Lo mismo es aplicable a la vida espiritual. La persona escrupulosa no puede tener esperanza de curar sus escrúpulos a menos que se ponga en manos de un consejero espiritual competente, acepte su diagnóstico, y lo siga ciegamente y con fe. Esto es objetividad. El auto diagnostico no es nunca objetivo.


11.5 La objetividad nos indica que casi todos tos titubeos provienen del
temor. El temor está presente en las vidas de casi todas las personas, en mayor o menor grado. Y en muchos casos, lo que superficialmente parece ser solamente indecisión o titubeo, en realidad es básicamente temor. El temor y la inactividad son hermanos. El temor paraliza la acción.

El temor congela la vida: emocional, mental, espiritual. Por esta razón, hay una máxima en ejército que dice que cualquier acción es preferible a ninguna acción y hemos sido aconsejados por escritores en materia espiritual, desde hace siglos, que “agere contra timorem” actuar en contra del temor; hacer lo que se teme hacer. Todo lo cual nos indica nuevamente: casi todo el titubeo es temor.

Tomemos algunos ejemplos.

¿Por qué titubea el alcohólico para aceptar ayuda, o para dejar de beber, o para Ir a una Junta de AA? Tiene miedo de ese vació intangible al que debe enfrentarse si acepta la ayuda o deja de beber, o asiste a una junta de AA Es el mismo caso del titubeo expresado en .EI Buscador del Cielo.: .Temeroso de que; al encontrarlo, nada más le quedaría. . Tenía miedo de Dios; titubeaba,

Este mismo fenómeno del titubeo acontece en muchos miembros de A.A. que demoran la práctica de los 12 Pasos.

Temen llegar a quedar comprometidos; o bien,-que no les quedaría nada a cambio.

A veces tienen miedo de Dios; por eso titubean. Como el temor es un problema permanente en tantas personas, sería conveniente examinarlo cuidadosamente - sus orígenes y clases.

Básicamente hay dos tipos de temor - el intelectual y el emocional. El temor intelectual proviene del conocimiento.

Estos son temores basados en hechos o en la realidad. Así pues, el soldado le tiene miedo a la batalla; sabe que es peligrosa. La razón o la fe unidas a la acción, son las soluciones al temor intelectual.



Sin embargo, cuando se siente miedo, ya sea por causa de un peligro real o imaginario, estos temores son emocionales. Se disipan únicamente por medio de la acción. Así es que el soldado que teme la batalla, y luego siente miedo cuando ésta empieza, disipará este temor por medio de la acción. Pero si titubea, el miedo lo envolverá a tal grado que lo dejará incapacitado para la batalla, y hasta puede quebrantarse por completo emocionalmente. Hay muchos de estos casos en todas las guerras. Hay que hacer acción lo que se teme hacer.

¿Qué hay de esos temores fundados en lo irreal? ¿De las fobias? ¿De las sensaciones raras? Todos estos temores son emocionales. La razón y la fe no los disipan, porque no están fundados en el intelecto o en la voluntad, sino que en las emociones, las sensaciones. La acción, y la acción consistente en contra del temor, es la solución.

El titubeo es temor. Y hay que recordar nuestros días de escolares, cuando aprendimos: A ¡ El que -titubea, está perdido!


11.6 El practicar la objetividad indicaría: .No te tomes tan en serio. Esto se usa en casi todas las áreas de AA, porque un alcohólico necesita, por encima de todo, un sentido del humor. Con su pasado, sólo adquiriendo un verdadero sentido del humor podrá vivir con él y a pesar de él.

Al suscrito le dijo una vez una persona de alta jerarquía religiosa que la risa, la jovialidad, el sentido del humor de los miembros de AA era algo condenable, que deberían de ser más serios. Mi respuesta fue que las personas que tenían un pasado como el del alcohólico era preferible que tuvieran sentido del humor, pues de otra forma, se les dificultarían seguir adelante. De hecho, creemos que la gente igual a nuestro crítico no podría seguir adelante con un pasado así. ¡Se toma demasiado en serio!

Después, el sentido del humor es la capacidad de ver a través de las cosas, y percibir la mano de Dios en todas las circunstancias de la vida - buenas o malas - percatándose de que Dios da lo bueno y permite lo malo, y luego saca algo bueno de lo malo - lo cual es justamente el caso de todo alcohólico recuperado. No es que disculpemos el pasado - lejos estamos de ello. De hecho; .hacemos reparaciones., pero no nos preocupamos por eso, y me parece muy divertido que cosas tan importantes hayan obstaculizado la Providencia de Dios, y que, en su lugar, haya surgido algo muy bueno para Dios y para el hombre.

Todos los neuróticos tienen una gran necesidad del sentido del humor. Se toman demasiado en serio, y tienden a convertirá cada incidente de la vida en una ofensa capital.

En su egocentrismo, siempre ven la vida a través de su enorme ego. Si es que, para ellos, todas las cosas de la vida son importantes por ser ellos tan importantes en si. (Por lo general, es así como somos.) Recovery Inc. proporciona un consejo excelente: A No hagas de todo un caso de trascendencia”. ¿Por qué? Simplemente porque la mayoría de las cosas de la vida no son así importantes.

No hay que tomarse demasiado en serio. Hay que aprender a reírse de las circunstancias. Casi todas son realmente muy divertidas. Hay que aprender a reir con los demás. Y por encima de todo, adquirir el hábito de reírse con los demás de uno mismo. A veces es difícil para quienes no tienen la costumbre de hacerlo, pero es una gran protección contra los conflictos emocionales y mentales.


11.7 No es objetivo juzgar como peligrosos los síntomas. Muchos síntomas de enfermedades asustan más a la gente que la enfermedad real. Pero más adelante veremos que todos los síntomas nerviosos son angustiosos no peligrosos.

Para evitar el juzgar como peligrosos los síntomas nerviosos, antes que nada es necesario buscar el diagnóstico médico respecto a nuestra condición. Así es que esa .espantosa sensación es únicamente nerviosa, no debemos juzgarla como peligrosa. Los nervios no matan, pero ciertamente pueden atemorizar a aquel que se rehusé a aceptar el diagnóstico del doctor, en tanto que el ignorar el síntoma, como lo hemos dicho, lograr eliminarlo. ¿Recuerdan? Todas las cosas negativas de la vida desaparecen ante la negligencia. Y las sensaciones, los síntomas que no están basados en la realidad, son negativos.


11.8 La objetividad nos indica que la expectación en si no es perjudicial pero debe ser calmada - no temerosa; debe ser de expectativa, no de abatimiento.

La anticipación de prever el mañana, de soñar despierto, es buena de vez en cuando. Un poco de esto a veces ayuda al relajamiento; pero debemos siempre recordar que esto no debe hacerse nunca con temor o abatimiento. De ser así, resultará muy destructivo emocionalmente.

Las personas así, tienen por lo general pensamientos tales como: .Nunca mejoraré, moralmente; nunca estaré, bien físicamente; nunca estaré, bien emocionalmente.” Desde luego no lo estarán. Ya decidieron no estarlo.

Estas personas usurpan el lugar de Dios o del médico. Son culpables de falsos pronósticos. En términos de recuperación, esto es sabotaje. Si no hemos de ser quienes nos diagnostiquemos a nosotros mismos, desde luego no somos los indicados para dar un pronóstico sobre nuestra condición. La única persona capacitada para dar un de dar un pronóstico racional sobre una condición física es el médico; y el único que puede dar un pronóstico sobre la moral es Dios, por conducto de sus ministros.

De modo que no seamos culpables de sabotaje usurpando otros oficios. Esto es sumamente irracional y conduce al desaliento ya la autocompasión, así como a otros malestares que siguen como consecuencia de ello. No debemos olvidar que el primero, y con mucho el más importante de los ingredientes necesarios para estar bien o mejorar emocional, física o moralmente - consiste en seguir el criterio y prescripción del médico o del ministro religioso.

¡Nadie es, buen juez de su propia causa!


11.9 Objetividad significa ser tolerante con respecto a nuestros propios errores. Esta es una de las tareas más difíciles de la vida. Pero esto es una realidad.Y conforme vayamos avanzando en edad, más nos iremos percatando de que la mayoría de nosotros continúa cometiendo errores, pecando, teniendo faltas, hasta el día de la muerte. Pero esto no nos lastimará, a menos que nos rehusemos a admitir y tolerar nuestras faltas. Somos sólo seres humanos muy débiles, llenos de defectos permaneceremos siéndolo toda nuestra vida.

Podemos decir que el ’enojamos’ emocionalmente no nos hace daño. Pero cuando nos ’enojamos’ porque nos ’enojamos’; entonces andamos mal Debemos tener el valor para cometer errores, porque la objetividad nos dice que todo el mundo los comete. De no ser así, todos los fabricantes de gomas de borrar pronto quebrarían.

Al valor para cometer errores debe seguirle la sinceridad para admitirlos y aceptarlos como nuestros - no como víctimas de las circunstancias. En la vida espiritual se nos dice que recemos.

por nuestros pecados o culpas. - no por las culpas tuyas o las de, él.

Muchos se desalientan porque, después de muchos años, es muy poco lo que han progresado. Los santos que fueron los primeros en admitir sus faltas, siempre se sorprendían de no ser peores. Esa es objetividad. Porque siendo lo que es la naturaleza humana, es sorprendente que no seamos peores. Eso es realidad. Eso es objetividad. De modo que eres un pecador. ¿Qué más da? -Todos lo somos.


11.10 A través de las palabras de Thomas Merton aprendemos una verdad de la objetividad: “Mientras más se trata de evitar el sufrimiento, más se sufre. Este es uno de los enigmas de la vida, pero es también una de las realidades de la vida. Le sucede a mucha gente. Hasta el hipocondríaco pasa muchas penalidades, dolores y angustias al intentar evitarlos. i También conocemos todos el caso del individuo que trabajaba 24 horas al día sólo para evitar el trabajo!

Dijimos antes que el hombre nace para trabajar, tal como el pájaro nace para volar. Lo mismo es aplicable al sufrimiento. Sufriremos. Mientras menos tratemos de evitarlo, más lo aceptaremos, y al esperarlo, será más fácil tolerarlo. El combatirlo sólo lo agravaría tal como la fricción agrava la herida.

Para el cristiano, el sufrimiento es no sólo esperado sino que también buscado. Colmaos dentro de vosotros los sufrimientos de Cristo., nos dice San Pablo.


11.11 Otro hecho objetivo en la práctica de la objetividad es que la perfección es la más rara de las virtudes: Escribimos un artículo sobre esta poco conocida verdad hace algún tiempo. Su título fue .EI mito de la perfección”. lo hicimos porque pensamos que la mayoría de la gente no se percata de que la perfección está fuera del alcance del individuo promedio en esta vida. En él hicimos notar que ”Un patrón humano espera y exige resultados; Dios todopoderoso espera y exige sólo un esfuerzo sincero - buena voluntad-.

Muchos problemas emocionales son fraguados al esperar demasiado de nosotros mismos en la vida. Y se fraguan muchas dificultades emocionales en los niños al enseñarles a esperar demasiado de sí mismos. Algunas de las metas impuestas a los niños por los padres nunca pueden alcanzarse. No es de sorprenderse que estemos criando individuos más y más neuróticos y frustrados.

Dios nos dice que seamos perfectos. Esa es la meta final. Esperamos empezar ahora y obtenerla en la eternidad. Él nos conoce mejor que nosotros mismos. Por tanto Él conoce las debilidades innatas de la naturaleza humana. Él exige la perfección de la buena voluntad - no la perfección de acción.

No hay límite para la altura de la meta; pero muchos tratan de llegar demasiado de prisa. Es por eso que la perfección es la más rara de las virtudes. La mayoría de la gente se tropieza con su propia soberbia y vanidad en el camino.


11.12 Todos los puntos anteriores sobre la objetividad nos llevan a la o
conclusión de que es una necesidad absoluta para el equilibrio emocional y sano juicio al practicar el término medio y hacer a un lado lo excepcional. No importa quienes seamos, la verdad objetiva es que sólo somos seres humanos comunes, no excepcionales. Cuando pensamos que somos excepcionales, es cuando surgen las dificultades. Esto crea el tipo emocional de desilusión que tan comúnmente encontramos en el semillero del alcoholismo, y también en la persona emocionalmente confundida. Con mucha frecuencia ésta última no puede tolerar estar entre la gente, y al mismo tiempo se siente horriblemente desolada.

¿Cuándo sucede este fenómeno? sucede cada vez que cualquiera piense que cualquiera que está por encima del grupo, o por debajo del grupo, o que es diferente del grupo, o está en contra del grupo. Tal persona ha creado la soledad para sí. La presencia de la gente no elimina la soledad. Uno puede sentirse muy solo en medio de miles de personas. La soledad es interior y surge de las falsas convicciones de que somos excepcionales.

Para eliminar un problema emocional, debemos empezar a convencemos a nosotros mismos de una vez por todas de que somos comunes y luego debemos continuar la práctica de rechazar lo excepcional.

¿A que se debe esto? Simplemente a que, si somos excepcionales, diferentes del grupo, entonces no es posible que nadie nos comprenda y siempre estaremos convencidos de que nadie tiene los problemas que tenemos nosotros. Por otra parte, una vez que nos convencemos de que somos sólo comunes, empezamos a identificamos con el grupo, empezamos a ser parte del grupo, participamos de la seguridad del grupo, nos adaptamos nos liberamos de las fricciones, de las frustraciones de la rebeldía y de los innumerables resultados de ser excepcionales. Y entonces seremos sanos -emocionalmente. Tendremos sano juicio porque, como ven, somos sólo comunes, y las personas comunes gozan de sano juicio.

Es curioso, pero generalmente aquél que más piensa que está por encima, o por debajo, o que es diferente de los demás - ¡no lo es! -.


11.13 Para practicar la objetividad debemos practicar la disposición de aguantar el malestar. La renuencia a tolerar el malestar es generalmente el primer paso al escape de la vida. Ciertamente esto no es objetivo, y desde luego no es realista. La realidad nos indica que una gran parte de nuestras vidas la pasaremos con malestares. De hecho, mientras más avancemos en edad, una mayor cantidad de dolores y malestares se convierten en la carga del diario vivir. Ya menos que practiquemos la disposición de tolerar el malestar, podemos terminar en la eterna búsqueda de ese plano de falta de dolor que todo alcohólico y neurótico ha buscado por tanto tiempo sin resultado alguno.


Un médico de uno de los sanatorios en los que estuve internado por un tiempo me dijo que casi todos los pacientes sin excepción hacían la observación: Sabe usted doctor, soy una de esas personas que nunca ha podido tolerar el dolor. ¡Me lo dijo después de que yo me había quejado justamente de lo mismo!

Una de las dificultades básicas en la vida del neurótico es su renuencia a tolerar estos malestares y dolores diarios. Siempre busca una pastilla. El alcohólico, busca la botella. Y el alcohólico neurótico a veces llega al punto de buscar la pastilla y el alcohol.

¡El plano de la inexistencia del dolor! ¡El fuego fatuo! ¡El espejismo emocional! ¿Recuerdan lo que se ha dicho sobre el sufrimiento?


11.14 La objetividad nos subraya otra verdad muy importante. Se ha hecho una breve mención con anterioridad. Todos los síntomas nerviosos son molestos, pero no peligrosos. La fatiga nerviosa, de acuerdo con Recovery Inc., es un mito. Por tanto, la fatiga del neurótico no es una fatiga real, y puede, como lo hemos visto antes, mover los músculos a pesar de lo cansado que se sienta.

Todos los síntomas nerviosos (dolores de cabeza, nauseas, depresión, angustias, crisis de llanto, estremecimientos, temblorines, etc.), pueden ser y generalmente son muy molestos, pero no necesitamos temerles. No nos harán daño. Cuando luchamos contra ellos, sólo aumentan de intensidad y su presencia se prolonga.

En consecuencia el neurótico, la persona emocionalmente perturbada, debe siempre tener presente éste punto de objetividad como un axioma permanente, si es que espera arrestar en condición o recuperarse. Una vez que el médico haya asegurado que no hay nada mal ni física ni fundamentalmente, que nuestras sensaciones son sólo eso -sensaciones- y no enfermedades físicas; o una vez habiendo sido asegurados por un mentor espiritual competente de que nuestras enfermedades espirituales no son reales o importantes, debemos recordamos a nosotros mismos una y otra vez -día con día- que los síntomas nerviosos son molestos, pero no peligrosos. Entonces podemos sobrellevar nuestra vida diaria sin temor, ignorando los síntomas, percatándonos de que todas las cosas negativas de la vida desaparecerán ante la falta de atención; porque los síntomas emocionales son negativos -no son objetivos. Pueden ser molestos, pero nunca peligrosos.


11.15. Después, tenemos lo fundamental en la práctica de la objetividad. Aprendamos a practicar el rechazo de los pensamientos causantes de la tensión.

Todos los problemas emocionales básicamente se inician en la vida pensante del individuo. La causa verdadera puede ser externa, pero la reacción de la persona a esa circunstancia externa hace explotar la dificultad emocional. Por lo tanto, si nos podemos deshacer de los pensamientos causantes de las tensiones, automáticamente nos desharemos de la tensión, que es el ingrediente primordial de todos los disturbios emocionales.

Veamos primero cuáles son los pensamientos que originan las tensiones. Cuáles son las fuentes de esos pensamientos. Luego, una vez conociendo estos orígenes, estaremos mejor capacitados para rechazar los pensamientos desde su origen:

Hay seis fuentes que originan los pensamientos, que causan tensión. Estas son: temperamento colérico, temperamento temeroso, autodiagnóstico; anticipar peligros, buscar lo excepcional en nosotros o en los demás, y rehusarse a aceptar o a cambiar las circunstancias.


11.15.1 Disposición Colérica. Esta disposición es una convicción muy íntima de que la otra persona está siempre equivocada. En ella se originan el resentimiento, la venganza, etc.


11.15.2 Temperamento temeroso. Este proviene de la convicción de que siempre se está equivocado. ¡Pobre de mi! Es el semillero de la autocompasión, de la melancolía, de la depresión, etc.


11.15.3 Autodiagnóstico. Este tiene su raíz en la mentalidad que está convencida de que sabe más. El resultado es: desaliento, desesperanza, futilidad, etc.


11.15.4 Anticipar Peligros. Esta actitud generalmente está asociada con una imaginación demasiado activa. Sus hijos son: los temores, las fobias, el aislamiento, etc.


11.15.5 Buscar lo Excepcional. Detrás de esta actitud existe una arraigada soberbia. Esto fomenta un mayor orgullo, vanidad, egocentrismo, dureza, etc.


11.15.6 Rehusarse a aceptar o a cambiar las circunstancias. Detrás de este pensamiento con frecuencia existe una profunda pereza. A raíz de ella surge la falta de iniciativa, el fracaso, el darse por vencido, etc.

Pero podemos controlar todas estas fuentes de tensión, ya sea que causen serios problemas, practicando la objetividad. Esto se puede hacer, ya sea redesignándolas o rechazándolas. De modo que, aunque ocasionalmente no podamos deshacemos de ellas. Al redesignarlas colocaremos en la categoría de la objetividad, de la verdad, y ya no nos lastimarán más.

Rechazamos los pensamientos causantes de la tensión, ya sea rehusándonos a permitimos retenerlos o simplemente ignorándolos. El primer método es logrado con mucha mayor facilidad si empezamos por cambiar nuestras actitudes. Nuestros pensamientos generalmente son resultado de nuestras actitudes. Por tanto, si nuestra actitud hacia los demás es reemplazada por la verdad objetiva de que los demás no siempre están equivocados y de que nosotros no siempre estamos en lo correcto, y también de que nosotros no siempre estamos equivocados, sino que los demás a veces no tienen la razón, nosotros a veces no tenemos la razón, y muchas veces todos estamos en un error, entonces no nos molestará con tanta frecuencia la disposición colérica causante de tensiones. La verdadera tolerancia podría crecer en este semillero de realidad.

Cuando lleguen estos pensamientos -y vendrán-la mejor manera de rechazarlos será ignorándolos. He aquí nuevamente que el axioma de que todas las cosas negativas de la vida desaparecen ante la falta de atención en el arma más efectiva contra estos pensamientos negativos.

Pero, ¿qué hacer si no podemos rechazarlos? Esto sucederá si es antiguo el hábito de tener una disposición colérica y de pensar equivocadamente en este caso, nuestra arma será la de re designar los hechos. Esto los objetivizará. .tomemos un ejemplo:

Nuestra disposición se encuentra colérica debido a algo que ha sucedido, y sufrimos la plaga de los pensamientos resultantes o de la depresión, etc. Lo designamos: molesto, pero no peligroso. Eso es lo que verdaderamente es y en consecuencia ¿para qué combatirlo?

Debemos especialmente usar este método de re designación al manejar los temores, las sensaciones, las reacciones físicas, etc. de origen neurótico. Si no podemos cambiarlas o rechazarlas, entonces e podemos tolerarlas; por lo menos durante un día mas! Y una vez que nos percatemos plenamente de que no hay otro camino, entonces seremos objetivos y las toleraremos no obstante lo molestas que sean -; puesto que no son peligrosas! O como dice Recovery: Cuando estemos cansados y abatidos de estar cansados y abatidos, haremos algo para remediarle.

Otra manera de redesignar los pensamientos causantes de tensiones y sus reacciones en nuestro interior es la de llamarlos: comunes, no excepcionales. Entonces, a pesar de lo .tremenda que nos pueda parecer la sensación o la reacción, empezaremos a percatamos de que la realidad del caso es que solamente es común, no excepcional. Y así, uno de estos días abriremos los ojos ante el hecho objetivo de que la mayoría de la gente resiste cosas mucho más graves que todas estas situaciones molestas a las que tanta importancia les damos, y de las que ni siquiera se queja. ¿Por qué? Porque sabe que esto es común a la raza humana. Eso es objetividad; esa es la realidad, porque objetividad es realidad y realidad es objetividad. El ajustarse a la realidad en vez de a la fantasía y a la falacia, proporciona seguridad; da paz interior; ¡logra el equilibrio!

Las emociones del ser humano que lo apartan de la realidad y lo llevan al plano de todo tipo de enfermedades nerviosas no se encuentran en los Diez Mandamientos, pero pueden destruir completamente el crecimiento espiritual, obstaculizando la gracia de Dios. Pueden afectar más la mente humana que cualquier traumatismo físico. Pueden ser (y con frecuencia son), el origen de sufrimientos interminables. Sin control, o mal interpretadas, son también un obstáculo formidable para el sano juicio. Tanto el sano juicio como la santidad se construyen sobre una comprensión y control de estas fuerzas engañosas que yacen dentro de nosotros. Logramos este control a través de la práctica de la objetividad. Pero como todas las cosas de la vida, cada quien debe hacerlo por sí mismo. Y empezamos con el cambio de nuestras actitudes sobre estos orígenes básicos de la tensión y de las dificultades, percatándonos de una vez por todas de que:

a) Los demás no siempre están equivocados; a veces lo están; a veces lo estamos nosotros; muchas veces ambos estamos equivocados.

b) Nosotros no estamos siempre equivocados. A veces ellos lo están; a veces nosotros lo estamos: a veces ambos estamos equivocados.

c) ¡El autodiagnóstico es sabotaje! Las enfermedades físicas deben ser diagnosticadas por el médico, no por nosotros. Las enfermedades emocionales deben ser diagnosticadas por el doctor, no por nosotros. Las enfermedades morales y espirituales deben ser diagnosticadas por los clérigos, no por nosotros.

d) El anticipar siempre peligros (lo peor) es peligroso. Toda expectación debe ser calmada, no temerosa; y debemos ser expectantes, no desalentados. Puede suscitarse una guerra; pero también puede haber paz. Hay que recordar el dicho: .No le des los buenos días al demonios no hasta que te topes con él...

e) La persona excepcional en la vida es muy, muy rara, y nosotros no somos esa persona. Todos somos comunes, tediosamente comunes; así es que ni siquiera tratemos de buscar lo excepcional en nosotros o en los demás. Con base en esta convicción están fundadas la verdadera humildad y estabilidad.

f) Debemos pedirle a Dios cada día que:
”Nos conceda serenidad para aceptar las cosas que no podemos cambiar; valor para cambiar las que si podamos y sabiduría para conocer la diferencia.

¡Eso es objetividad!

¿La alternativa? Mencionaremos algunas cuantas:


Palpitaciones
Fatiga
Dolores de cabeza
Náuseas
Entumecimiento
Vértigo
DepresiónTensiones
Falta de concentración
Olvido
Visión nublada
Ansiedades Preocupaciones Debilidad
Ataques de llanto Sudores
Temblorina
Prisa
Estremecimientos
Escrupulosidad
Pereza
Hablar en exceso Remordimiento
Desaliento
Neuritis
Ulceras
Desesperación
Pánico


Una vez habiendo aprendido, comprendido y empezado a practicar los pasos anteriores, entonces, y sólo entonces podremos verdaderamente intentar a empezar a vivir. Esto lo hacemos en el duodécimo Paso. Aprendemos a aplicar uno de los principios más importantes de A.A. Aprendemos a: VIVIR Y DEJAR VIVIR.

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